Llegué el Domingo a Londres sin apenas casi tiempo de asimilar que las vacaciones se habían acabado, y prácticamente directa a empezar a trabajar, lo cual me ha venido de lujo para superar de un plumazo la depresión post-vacacional.
Este post y el rato que tarde en escribirlo va a ser el único momento que me tome para rememorar lo perfectas que han sido estas tres semanas de vacaciones que ya dejo atrás.
Ha habido de todo un poco…una primera semana tranquila en Madrid disfrutando de la familia, una segunda en el pueblo con amigos y horarios cambiados y la tercera de playa para rematarlo todo.
Y qué queréis que os diga…No voy a decir nada, lo vais a ver en fotos.
Ya me he puesto a mirar el calendario para buscar hueco a las próximas vacaciones…
De camino a Cala Pregonda se encuentra este curioso lugar. La gente pide un deseo y hace una montaña con las piedras que veis en el suelo.
A falta de otra semana para recuperarme de las vacaciones, bueno es un spa. Este estaba en el hotel donde nos alojábamos e hicimos uso de él el día después de la excursión en kayak. Una maravilla.
Esto es a grandes rasgos lo que han sido mis vacaciones. Ahora ya estoy a otra cosa, intentando ponerme al día de las tropecientas mil cosas que tengo que hacer y el poco tiempo que tengo para hacerlas.
Os mantendré informados.